Y a Aquel que es poderoso para hacer todas las cosas mucho más abundantemente de lo que pedimos o entendemos, según el poder que actúa en nosotros, a él sea gloria en la iglesia en Cristo Jesús por todas las edades, por los siglos de los siglos. Amen Filipenses 3:20-21

Capítulo 15

Cuarta parte
Las cruzadas.


Nuevamente la iglesia católicorromana organizo un gran movimiento “Las cruzadas”. Fueron ocho cruzadas principales realizadas a Tierra Santa. Del siglo cuarto hasta el tiempo actual se hacen peregrinaciones. Durante el año 1000 d.C., el número de personas aumento considerablemente. Los gobiernos musulmanes de Palestina no se opusieron a estas peregrinaciones, pero más tarde se comenzó con el robo, opresión y hasta la muerte de los peregrinos. El emperador Alejo, del Imperio Oriental ya amenazado por los musulmanes pidió ayuda al papa Urbano II. En Europa nació el deseo de liberar Tierra Santa y nacieron las cruzadas.
Primer cruzada Se organizó en 1095 d.C., en Concilio de Clermot por el papa Urbano II. Los caballeros utilizaron la cruz como insignia. Se reunieron 275 de los mejores guerreros de toda Europa. Conducida por Godofredo de Bouillon. A pesar de los contratiempos, tomaron Jerusalén y Palestina en 1099. Godofredo no acepto el nombre de rey y lo nombraron “barón y protector del Santo Sepulcro”. Lo sustituyo su hermano Balduino.
Segunda cruzada. Se organizo porque los sarracenos amenazaban al reino de Jerusalén. San Bernardo de Claravel y Luis VII de Francia y Conrado III de Alemania condujeron un gran ejército en auxilio de los lugares santos. Después de sufrir derrotas, llegaron a la ciudad sin poder recuperar el territorio perdido, pero esta cruzada postergo la caída de Jerusalén.
Tercer cruzada. En 1187 d.C., los sarracenos dominaron Jerusalén bajo Saladino y el reino de Jerusalén termino. Esto hizo que se organizara la tercer cruzada (1189-1191) conducida por tres soberanos importantes. Federico Barbarroja de Alemania, Felipe Augusto de Francia y Ricardo Corazón de León de Inglaterra. Federico Barbarroja –gran general y estadista- se ahogo y los dos reyes se disgustaron. El rey francés se regreso a su país y el rey Ricardo a pesar de todo su esfuerzo, no pudo llegar a Jerusalén pero hizo un tratado con Saladito, de que los peregrinos cristianos no serían molestados en su camino a Jerusalén.
Cuarta cruzada (1201-1204 d.C.). Esta cruzada no fue para ganar Tierra Santa, sino para dominar Constantinopla, lo que lograron y la saquearon, pusieron un gobierno que duro 50 años. Esta guerra dejo indefensa a la ciudad contra el poder de los turcos –raza guerrera, no civilizada-, que fue el poder dominante después de los sarracenos.
Quinta cruzada. (1217-1222 d.C.). Sus líderes Juan de Brienne, rey de Jerusalén y Andrés II, rey de Hungría no lograron derrotar a los sarracenos en Egipto y Siria.
Sexta cruzada. (1228-1229 d.C.). El emperador Federico II –excomulgado por el papa-, comando un ejército que llego a Palestina y los musulmanes cedieron Jerusalén, Jaffa, Belén y Nazaret a los cristianos, Federico se autonombro rey de Jerusalén. Este título se uso hasta 1835 por los emperadores germanos y los de Austria. Esta victoria no prevaleció por el disgusto entre el papa y el emperador. En 1244 d.C., los musulmanes reconquistaron Jerusalén y desde entonces permaneció en su poder. El ocho de diciembre de 1917 se entrego la ciudad de Jerusalén al ejército británico quien tomó posesión el once de diciembre. El catorce de mayo de 1948 Israel proclamó su independencia.
Séptima cruzada. (1248-1254 d.C.). La comando Luís IX de Francia –conocido como San Luís-, tomo el camino de Egipto y fue apresado por los musulmanes. Se pago gran precio por su libertad y permaneció en Palestina hasta 1252, cuando por la muerte de su madre –quien era regenta-, regreso a Francia.
Octava cruzada. (1270-1272 d.C.). Cruzada que fue un fracaso. Sus líderes Luís IX, el príncipe Eduardo Plantagenet de Inglaterra –rey Eduardo I-, tomaron nuevamente la ruta por África, pero Luís IX murió en Túnez su hijo hizo la paz y Eduardo regreso a ocupar el trono.
Cualquier guerra que se hacía a favor de la iglesia se le daba el nombre de cruzada, aún cuando fuera en territorios cristianos y en contra de herejes.
Las causas de las derrotas para liberar Tierra Santa fueron la falta de unidad entre reyes y príncipes. No les importaba la causa común sino sus intereses.
Todo lo contrario sucedía entre el pueblo musulmán. Unido, valiente, raza guerrera, intrépida bajo la dirección de un solo jefe, ya fuera califa o sultán.
La dominación de los cruzados sobre el pueblo –no fue una liberación-, que tomaba como esclavo obligados a trabajar para los conquistadores. Preferían al gobierno musulmán al de los cristianos. Los líderes no eran estadistas y no tenían una visión amplia, solo querían resultados inmediatos. Era una tierra que estaba a mil millas de sus países de origen, no tenían comunicación fluida con Europa Occidental, una provisión y refuerzo constante.
Europa a pesar del fracaso obtuvo ciertos buenos resultados. El gobierno turco protegía a los peregrinos y las hostilidades cesaron. Entendieron los beneficios económicos que estas peregrinaciones representaban. Belén, Nazaret y Jerusalén prosperaron.
La experiencia de las cruzadas hizo que Europa entendiera el peligro que representaba el islamismo. España en 1492 con los reyes Fernando e Isabel recuperó la mitad de la península, expulsando a los musulmanes.
En el este de Europa Polonia y Austria en 1683 ganaron una gran batalla, cerca de la ciudad de Viena sobre los turcos. Se inició la decadencia del Imperio Turco.
Otro beneficio de los cruzadas es que las naciones, gobernadores, jefes, caballeros y soldados de los diferentes países empezaron a conocerse y a reconocer los intereses comunes. Se respetaron e hicieron alianzas dando paso al desarrollo de la Europa Moderna. El comercio tuvo gran impulso no solo para Oriente sino también para la Europa Occidental.
Los errores y abusos cometidos por el clero católico dieron como resultados el levantamiento contra la iglesia católicorromana.

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