Y a Aquel que es poderoso para hacer todas las cosas mucho más abundantemente de lo que pedimos o entendemos, según el poder que actúa en nosotros, a él sea gloria en la iglesia en Cristo Jesús por todas las edades, por los siglos de los siglos. Amen Filipenses 3:20-21

Capitulo 5

Desde el martirio de Pablo (68 d.C.) hasta la muerte de Juan (100 d.C.).

Del año 68 al 100 d.C., se le llama la “edad sombría”, por una parte estaban las tinieblas de la persecución sobre la iglesia y por otra es un periodo de la historia que no se sabe nada.
Ya no se tiene la guía del libro de los Hechos ni se tienen registros de los misioneros como Timoteo, Apolos y Tito ni tampoco de los demás seguidores y amigos de Pablo, al morir este, quedaron fueran de registro. En el año 120 d.C., se levanta la cortina con los registros de los padres primitivos de la iglesia, aparece una iglesia totalmente distinta.
En el año 70 d.C., con la caída de Jerusalén, hubo un rompimiento entre judíos y cristianos. Judea era un país descontento con el sometimiento al imperio romano. Los judíos creían que estaban destinados a conquistar y gobernar al mundo, al interpretar a su manera el Antiguo Testamento. Los gobernadores
romanos los trataban con mano dura, no les importaba comprender su orgullo como nación. Cerca del año 66 d.C., los judíos se rebelaron a sabiendas de que no podían vencer a un ejército de un cuarto de millón de soldados entrenados, era una nación dividida cuyos grupos se mataban entre si. Vespasiano, general romano fue el encargado de conducir un gran ejército a Palestina pero fue su hijo Tito quien estuvo a cargo de esa guerra. No solo el hambre por el sitio mataba judíos también era su guerra civil, finalmente tomaron y destruyeron la ciudad, masacraron a millares y esclavizaron a otros tantos millares. El Coliseo de Roma se construyo con la mano de obra de los judíos cautivos. La nación judía después de existir trece siglos, fue destruida. El 15 de mayo de l948 fue restaurada por un acuerdo tomado en la Organización de las Naciones Unidas.
Al momento de caer Jerusalén, el gobierno romano y el pueblo consideraba a la iglesia cristiana como parte de la religión judía, por lo que únicamente recibieron amonestación y salieron hacia Pella en el valle del Jordán. Un grupo de judíos llamados ebionitas, secta que no fue reconocida por la iglesia ni por los de su raza quienes los despreciaban, aún así perduro durante dos siglos.
Se continúo con la persecución de la iglesia en el 90 d.C., el emperador Domiciano asesinó a miles de creyentes en Roma e Italia pero fue local y ocasional. Juan fue aprendido en Efeso y fue llevado a la isla de Patmos, en el mar Egeo. Allí tuvo la revelación y escribió Apocalipsis. Se calcula que Juan falleció alrededor del año 100 d.C.
Se escribieron los últimos libros del Nuevo Testamento: Hebreos, Segunda de Pedro, Las Epístolas y el evangelio de Juan, Judas y Apocalipsis.
Después de setenta años de la ascensión de Cristo ya había tres generaciones de seguidores.
Se habían establecido iglesias en todos los países y en casi toda ciudad, desde el Tíber al Eufrates, desde el Mar Negro hasta el norte de África, posiblemente hasta España y Gran Bretaña. En carta dirigida al emperador Trajano en 112 d.C., por Plinio le dice que los creyentes eran por millones, se encontraban por todos lados y los templos paganos abandonados. Los miembros de la iglesia iban de los nobles hasta los esclavos, a los que se trataban de igual a igual. Un esclavo podía ser obispo y su amo miembro regular.
La iglesia acepto como reglas de fe lo expuesto por el apóstol Pablo en la epístola de Romanos. Pedro y Juan estuvieron de acuerdo en los conceptos del apóstol. Surgieron sectas a raíz de discordancias que los apóstoles descubrieron y expusieron.
Dentro del rito de iniciación en la iglesia se llevaba a cabo el bautismo por inmersión pero hay una mención que en el año 120 d.C., era una costumbre el bautismo por aspersión. Se observaba el día del Señor y mientras hubo mayoría judía era el sábado hebreo, pero al aumentar los gentiles en la iglesia lo desplazo el primer día de la semana. La Cena del Señor se originó de la Pascua judía y se llevaba a cabo universalmente. En la iglesia gentil se hacía una reunión, en la que cada miembro traía una provisión. El apóstol Pablo amonestó a la iglesia de Corintio por el abuso que se hizo de esta celebración. Por la persecución a fines de siglo la Cena del Señor no se hacía pública, solo era para miembros de la iglesia.
El único sobreviviente de los doce apóstoles fue Juan. No hay ninguna referencia escrita de que hubiera sucesores, en el año 120 d.C., se mencionan “apóstoles” posiblemente evangelistas que no tenían autoridad y no podían quedarse más de tres días en las iglesias. El título de anciano (presbíteros) y obispo en Hechos y epístolas se mencionan como si se dieran en forma indistinta a la misma persona. Posteriormente se elevo al obispo sobre los ancianos y fue el inicio del sistema eclesiástico. Ya existía el título de diáconos como oficiales de la iglesia, en Romanos se menciona a Febe de Cencrea como “diaconisa”.
El culto se derivaba del de las sinagogas judías. Se leían pasajes del Antiguo Testamento, de las cartas apostólicas y los Evangelios. Se entonaban salmos de la Biblia y cantos cristianos. La diferencia eran las oraciones, con los cristianos eran espontáneas, se dirigían a los miembros y hermanos visitantes y posteriormente se participaba de la Cena del Señor.

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