Y a Aquel que es poderoso para hacer todas las cosas mucho más abundantemente de lo que pedimos o entendemos, según el poder que actúa en nosotros, a él sea gloria en la iglesia en Cristo Jesús por todas las edades, por los siglos de los siglos. Amen Filipenses 3:20-21

Capitulo 6

Segundo período
La iglesia perseguida (100-313 d.C.)
Primera parte
Las persecuciones imperiales.

La iglesia siempre estuvo expuesta a la persecución, aún cuando no fue continua con los diferentes emperadores –en algunos era mínima-, eran diversas causas que motivaban el encono de los emperadores hacia el cristianismo.

Una de ellas era que el cristianismo prescindía de los objetos y formas de adoración que el paganismo aceptaba. Los romanos construían templos de dioses de otros países para que el viajero se sintiera como en casa –eso traía beneficios económicos-, se encontraba en Pompeya un templo a Isis. Se intentó colocar una estatua de Cristo en el Panteón –lugar donde se adoraban a dioses, los cristianos no aceptaron, ya que Cristo no era uno entre muchos dioses.
La adoración al emperador era otra razón, los cristianos se negaban a ofrecer incienso a una imagen como a un dios. Las alabanzas y la adoración hacía Jesús “otro rey, un tal Jesús”, los tomaban como conspiradores. De igual manera las reuniones secretas en cuevas o catacumbas subterráneas y los falsos rumores de ritos delictivos despertaban recelo. Al igual la celebración de la Cena del Señor motivaba persecución.
El reconocimiento del gobierno al judaísmo como religión permitía cierta protección a los cristianos que a la destrucción de Jerusalén se quedaron sin leyes y expuestos al odio.
En la iglesia había igualdad y ese comportamiento lo consideraban como anarquistas –enemigos del gobierno-.
También el afectar los intereses económicos de los paganos tenía consecuencias. En Efeso Pablo estuvo a punto de morir, porque Demetrio el platero provocó un motín.
La religión cristiana estaba prohibida y sus miembros sufrían proscripción. A pesar de esto apenas se les molestaba pero no dejaba de existir peligro. En el primer siglo las persecuciones fueron estallidos de odio -Nerón y Domiciano-, pero a partir del año 110 al 313 d.C., fue una cadena de tentativas para destruir al cristianismo.
Hubo cinco emperadores: Nerva, Trajano, Adriano, Antonino Pío y Marco Aurelio, que se les considero buenos emperadores –no se podía arrestar sin una causa justificada-, y cuando se exponían cargos y los cristianos no aceptaban retractarse se aplicaba la ley que era la ejecución.
Entre los mártires destacados de esa época estaban Simeón (Mc 6:3) sucesor de Santiago como obispo de Jerusalén –hermano menor de Jesús-, fue crucificado en 107 d.C. Ignacio, obispo de Antioquia, arrojado a las fieras en 108 ó 110 d.C. Policarpo, obispo de Esmirna, le exigieron maldecir el nombre de Jesucristo y contestó Ochenta y seis años le he servido y todo lo que me ha hecho es bien, ¿cómo podría maldecirle? ¡Mi Señor y Salvador! Fue quemado vivo. Justino Mártir, filosofó y defensor de la fe, sus libros aún existen. Sufrió tormento en Roma en 166 d.C.
Considerado el mejor emperador romano y escritor de ética fue Marco Aurelio. En la antigua capital de roma se encuentra su estatua ecuestre. A pesar de ser buen gobernante fue un perseguidor implacable de los cristianos, muriendo miles decapitados o en el circo romano.
Siguió un período de confusión, los débiles emperadores que gobernaron no prestaban atención a la iglesia –se ocupaban de sus propios placeres-, pero Septimio Severo en 202 d.C. hizo una terrible persecución hasta el 212 d.C. Intento restablecer las antiguas religiones. En Egipto y en el norte de África la persecución fue más dura. Leonidas –padre del teólogo Orígenes-, fue decapitado en Alejandría y en 203 d.C., Perpetua y su fiel esclava Felícitas murieron bajo las garras de las fieras. A este emperador se le considero el anticristo
Durante cuarenta años la iglesia quedo en el olvido. El emperador Caracalla (211-217) ratificó la ciudadanía –beneficio para el cristiano, solo los esclavos podían ser crucificados o arrojados a las fieras-. Con Decio (249-251) volvió la persecución pero fue por corto tiempo. Durante cincuenta años se vivió en calma pero se tuvieron períodos de persecución. En 257 d.C., murió Cipriano –obispo de Cartago, gran escritor y líder-, también Sexto –obispo romano-.
Con Diocleciano y sus sucesores -303 a 310 d.C.-, se dio la más terrible persecución, se hicieron edicto ordenando: quema de cada Biblia, se encerraban a los creyentes en las iglesias y se les prendía fuego, se derrumbaban iglesias por todo el imperio, cuando no se renunciaba al cristianismo se quitaban la ciudadanía. Supuestamente este emperador levanto un monumento con la inscripción En honor de la exterminación de la superstición cristiana”. Doce siglos después Miguel Ángel transformó parte de Los Baños de Diocleciano –levantado por esclavos cristianos-, en la Iglesia de Santa María Degli Angeli, consagrada en 1561 d.C. Los sucesores de Diocleciano durante seis años más persiguieron a la iglesia pero el hijo de Constantino del mismo nombre emitió el Edicto de Tolerancia en 313 d.C. que aprobó el cristianismo y toda persecución ceso.

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