Y a Aquel que es poderoso para hacer todas las cosas mucho más abundantemente de lo que pedimos o entendemos, según el poder que actúa en nosotros, a él sea gloria en la iglesia en Cristo Jesús por todas las edades, por los siglos de los siglos. Amen Filipenses 3:20-21

EN LUGARES DE DELICADOS PASTOS ME HARA DESCANSAR… ¡TODOS LOS DIAS DE MI VIDA!

            No nos dejemos arrastrar por la idea popular de que en el momento en que Cristo sea el Señor de nuestra vida, nos arrebatará todo lo que más amamos.  He conocido a algunas personas que le ha negado a Cristo el señorío en su vida por este pensamiento.
  Nada puede estar más lejos de la verdad; permitir que El sea el Rey es principiar una vida completamente nueva como “ovejas” de su “prado”.
            Lo primero que El hace es darnos descanso “en lugares de delicados pastos”.  Notemos que no dice: “Ahora que te has dado cuenta que soy tu Pastor, no eres más que otra de mis ovejas (por maravilloso que esto fuera); ponte a hacer algo por Mí”.  No, más bien, me da descanso.  ¿No les parece extraño que inmediatamente mande que descansemos de toda actividad?  Esto nos es muy difícil de comprender, inmediatamente nuestra mente se rebela y dice: “Si El ha hecho tanto por mí, quiero hacer todo lo que pueda por El”.  Pero recuerde que hemos descubierto que no podemos hacer nada, debido a lo que somos  -solamente ovejas.  Pero también tenga presente que El puede hacer todo, ¡porque es el Pastor!
            No dice: “Me hará descansar, punto final”, sino continúa con “¡lugares de delicados pastos!”  Por lo tanto, como se puede ver, no sólo habla del descanso, sino también del lugar (delicados pastos).  ¿Comprende lo que Dios tiene preparado para nosotros si adoptamos la actitud de una oveja que depende totalmente de su Pastor?  ¿Cuál debe ser esta actitud?  Descanso, en absoluta dedicación.  ¿Cuál es el lugar?  Delicados pastos, donde Dios puede alimentar nuestra vida espiritual, ese lugar donde sus palabras son  refrescantes y reales.  Puedo gozar de ese lugar con sólo tener esa actitud.  Y la actitud y el lugar no son sólo para un momento, sino diariamente –“todos los días de mi vida”.  La actitud: ¡absoluta sumisión!  El lugar: ¡los delicados pastos de su Palabra!






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