Y a Aquel que es poderoso para hacer todas las cosas mucho más abundantemente de lo que pedimos o entendemos, según el poder que actúa en nosotros, a él sea gloria en la iglesia en Cristo Jesús por todas las edades, por los siglos de los siglos. Amen Filipenses 3:20-21

SEGURIDAD BENDITA

             La Santa Biblia nos enseña que todo aquel que se llama cristiano se debe examinar para ver si en verdad ha sido justificado (13). No podemos crecer en la gracia de  Dios si carecemos de dicha gracia (14)
Usted no podrá ocuparse de su salvación, si no tiene salvación de qué ocuparse (15). No podrá llevar una vida genuinamente cristiana, sí no la posee (16).
            Generalmente, Satanás hace difícil este primer paso. A los que no son cristianos, les da ideas falsas de seguridad, haciéndoles creer que Dios es su Padre. También a los renacidos en el Espíritu, que en verdad son hijos de Dios, les llena la mente de dudas.
            La salvación no depende de alguna experiencia religiosa en particular; ni tampoco de cómo se sienta usted.  Un día quizá se crea salvo; y otro, no. Un anciano cuáquero lo expresó así:

            “Aprende a reflejarte en el Señor,
Y aunque varíe mucho tu emoción,
Jesucristo es tu Salvador”.

            Quizá pueda ayudarle mi propia experiencia. En mi juventud tenía muchas dudas sobre mi salvación. Dios puso en mi camino a uno de sus fieles siervos, que me instruyó en cómo buscar la paz en la Santa Palabra, en lugar de fiar en mis propias emociones o sentimientos. Ese siervo de Dios me instó a recordar este versículo: “Mas a todos los que le recibieron, a los que creen en su nombre, les dio potestad de ser hechos hijos de Dios” (11). Aquí la Santa Biblia enseña que si usted le entrega su corazón al Señor Jesucristo, pasa a ser hijo de Dios.

            Usted puede escoger entre estas tres cosas:
a)     creer las instigaciones de Satanás y dudar de la Palabra de Dios,
b)     dudar de sus sentimientos personales,
c)      creerle a Dios y tener seguridad de su salvación.

Alguien dijo alguna vez: “Nunca crea sus dudas, ni dude de sus creencias”. Este otro dicho también me agrada: “Dios lo afirma, yo lo creo, y esto me basta”.
            En mi caso, obtuve completa victoria sobre mis dudas al fiarme de la Palabra de Dios. Mi fe en la Santa Biblia se había debilitado grandemente por la influencia de profesores incrédulos, mas en el presente me siento muy firme en la Roca, que es la Palabra de Dios. Mi duda consistía en si estaba o no seguro de mi salvación. Mi amigo, el siervo de Dios, me enseñó a decir esta sencilla oración: “Señor Jesús, si hasta ahora no he sido salvo, te acepto y recibo como mi Señor y Salvador, y te doy gracias por salvarme. Por tu santo nombre. Amén”. Yo usé esta  sencilla oración al principio de mi  conversión, pero no he necesitado usarla más durante más de treinta años, pues alentado empecé a andar con Dios, y El me dio una seguridad admirable de mi salvación, y esto hará El con usted.

CITAS BIBLICAS
13     2 Corintios 13:5
14     2 Pedro 3:18
15     Filipenses 2:12
16     Juan 15:5

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