Y a Aquel que es poderoso para hacer todas las cosas mucho más abundantemente de lo que pedimos o entendemos, según el poder que actúa en nosotros, a él sea gloria en la iglesia en Cristo Jesús por todas las edades, por los siglos de los siglos. Amen Filipenses 3:20-21

RESULTADOS Y FRUTOS DE TAL VIDA

Es una vida en Cristo (Colosenses 3:41,) de vida abundante (Juan 10:10, de vida renovada (Romanos 12:2), de vida cambiada (Gálatas 2:20). Es reinar con Cristo en vida (Romanos 5:17.)

Es posesión del Santo Espíritu (Hechos 4:31), con conocimiento de su voluntad (Colosenses 1:9), con paz y gozo (Romanos 6:4), y con toda la plenitud de Dios (Efesios 3:19). Andaos con Cristo (Colosenses 2:6), con vida nueva (Romanos 6:4), en el Espíritu (Gálatas 5:16), con amor (Efesios 5:12), y en fe (2 Corintios 5:7). Andamos dignos de nuestro Señor. (Efesios 4:1). Como servimos en novedad de Espíritu (Romanos 7:6), abunda en nosotros constantemente la obra del Señor. (1 de Corintios 15:58) y corrientes de agua viva fluyen de nuestra alma (Juan 7:37 al 39). Cristo cumple en nosotros su promesa “de mayores obras que estas que yo hago”. (Juan 14:12). Porque vivimos con Cristo, nuestra vida de muchos y sazonados frutos (Juan 15:8), y el fruto del Santo Espíritu se percibe en nosotros. (Gálatas 5:22 y 23). En toda circunstancia obtenemos victoria (2 de Corintios 2:14). Somos más que vencedores en cualquier dificultad (Romanos 8:37), y obtenemos completo respaldo en todas las cosas (2 de Corintios 9:8). Aprendemos paciencia en la tribulación (Romanos 12:12), y en las pruebas de fuego nos mantiene el poder de Dios 1Pedro 1:5 al 7.) Nuestra vida en la tierra brilla más y más hasta la plenitud de un día perfecto (Proverbios 4:18), y nuestras acciones pasarán la prueba de fuego resplandecientes ante el trono del juicio del Señor (1 de Corintios 3:11 al 15). No seremos avergonzados delante de El, cuando El venga (1 Juan 2:28), y estaremos preparados para recibirle (Mateo 24:24). Si aún viviéramos en la tierra a su venida, seremos arrebatados y elevados en el aire para encontrarle con los demás escogidos (1 de Tesalonicenses 4:17). Cuando le veamos, seremos como El, porque le veremos tal como El es. (1 Juan 3:2). Pero si morimos antes, estaremos “ausentes en el cuerpo, pero presentes en el espíritu con el Señor.” (2 de Corintios 5:8). Y por eternidad de eternidades reinaremos con El (Apocalipsis 22:1 al 7.). “Cosas que ojo no vio, ni oreja oyó, ni han subido en corazón de hombre, son las que Dios ha preparado para aquellos que le aman.” (1 de Corintios 2:9). Esta es gracia abundante (Romanos 5:20). Así es la obra de Dios “para hacer todas las cosas más abundantemente de lo que pedimos o entendemos.” (Efesios 3:20.) “¡Oh, profundidad de las riquezas de la sabiduría y de la ciencia de Dios! ¡Cuán incomprensibles son sus juicios, e inescrutables sus caminos! (Romanos 11:33.) ¿Cómo escaparemos nosotros, si tuviéramos en poca una salud tan gante? (Hebreos 2:3).

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